Es otra técnica milenaria de la Medicina Tradicional China, que consiste en utilizar unas ventosas que se pegan al cuerpo haciendo el vacío, ya sea por la acción del fuego o por la acción mecánica de las ventosas neumáticas.
La succión producida por la ventosa provoca un aumento de la irrigación sanguínea en la zona, estimulando la circulación sanguínea y linfática, así como el metabolismo celular ( aporta nutrientes y oxígeno), activando el sistema inmunitario ( aporta leucocitos a los tejidos), y desencadenando un proceso depurativo ( eliminación toxinas).
Pueden utilizarse de manera estática, sobre puntos concretos, o dinamicamente, movilizando la ventosa por la zona deseada.
El principal inconveniente de esta técnica es que deja unas marcas circulares donde se haya aplicado ventosas estáticas. Estos hematomas son normales y deseables, pero resultan poco estéticos y pueden tardar días e incluso semanas en desaparecer.